ENERGIA LIMPIA XXI

Energía solar clave para la paz y desarrollo en Colombia

Energía solar clave para la paz y desarrollo en Colombia

ENERGIA LIMPIA XXI. Colombia ha dado importantes pasos en la consolidación del proceso de paz.  Esta semana Energía Limpia XXI comparte las reflexiones del Senador José Adam Name en su articulo Energías limpias para la paz y el progreso de todos los colombianos.

Comisionado por el Congreso de la República, he asistido durante cuatro días al Solar Power Internacional Las Vegas, en los Estados Unidos.Un evento que se enfocó en la creación de ambientes orientados a promover el intercambio de ideas, conocimiento y experiencias para el próspero desarrollo de la energía solar.

Tuve la oportunidad de compartir con voceros de las mejores empresas y profesionales relacionados con la temática de la energía solar, lo que me permitió apreciar las últimas novedades y avances relacionados con esta fuente renovable en sus distintas facetas.

Ha sido posible, gracias a esta enriquecedora participación, confirmar la importancia que tiene para nuestro país la aprobación y expedición de la Ley 1715 del 13 de mayo de 2014, denominada de energías limpias, tramitada en el Congreso de la República bajo mi autoría y en el entendido de aportar a un sector sobre el que están puestos los ojos de las grandes potencias y economías.

A dos años de la firma de la ley, aún estamos a la espera de unas reglamentaciones necesarias pero luego de los inconvenientes presentados creo que muy pronto tendremos el marco de regulación esperado, máxime si tenemos en cuenta la prioridad que debe dársele por las inversiones que tienen en marcha grupos nacionales y extranjeros.

Las energías renovables tienen una relevancia que ya se torna indiscutida. Por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo presentó un nuevo informe titulado “Activos abandonados: un desafío de riesgo climático”, que escribe un equipo de la Universidad de Oxford liderado por Ben Caldecott y editado por Ana Ríos, del BID.

Conviene señalar que los activos abandonados se definen como activos que han sufrido depreciaciones, devaluaciones o conversiones a pasivos imprevistas o prematuras, que pueden incluir riesgos ambientales, tales como panoramas cambiantes en cuanto a los recursos, nuevas reglamentaciones gubernamentales, evolución de las normas sociales y el comportamiento de los consumidores, y litigios.

De acuerdo con el BID, el tema de los activos abandonados ha cobrado mayor importancia debido, en gran parte, a cambios en la economía real de muchos países −por ejemplo, el costo decreciente de la energía obtenida a partir de fuentes renovables− así como la atención que generó el Acuerdo de París sobre Cambio Climático, que hoy es ratificado por los países firmantes. La ley 1715 advierte estrategias de gestión en materia de energías limpias, que deben traducirse en respuestas regulatorias frente a los riesgos ambientales a partir de los activos abandonados como podrían ser las plantas termoeléctricas o los pozos de explotación de reservas fósiles.

El tema resulta complejo, pero no por ello debemos ser indiferentes. Al contrario, cada día debemos valorar más la discusión respecto de las amenazas ambientales, el desarrollo de las energías limpias y los incentivos que deben darse en ese escenario.

Por ello me parece muy gratificante regresar al país y encontrarme justo con las noticias que se desprenden en el marco de la celebración de los 100 de actividades de la Cámara de Comercio de Barranquilla, una de las cuales se relaciona con el nuevo negocio que tiene en su portafolio el Grupo Argos, que consiste en la operación de la Zona Franca Celsia ubicada en Barranquilla pero que le apuesta a la energía renovable en varias regiones del país, en especial la Costa Caribe.

“En el sector de la energía estamos produciendo una transformación en el negocio para dirigirnos ahora a la renovable, eólica y energías basadas en solares, distribuidas mediante la instalación de paneles en hogares, comercio e industria. Creemos que en este sector existe una enorme posibilidad de crecimiento y transformación”, dijo en su intervención el Presidente del Grupo Argos Jorge Mario Velásquez.

Se trata de un conglomerado empresarial con amplios intereses en el campo cementero, inmobiliario y portuario y ahora en el de la energía, que nos habla de una multimillonaria inversión en el sector de las renovables porque ha estudiado y confía en su potencial.

Este año Celsia ha iniciado actividad con 20 megavatios de paneles solares instalados en techos de empresas comerciales e industriales en varias regiones colombianas. En los próximos tres años la meta es instalar otros 160 megavatios para completar 180. En estudio se encuentran granjas solares y parques eólicos en la Costa Caribe.

En Cartagena Argos y Celsia participan en el proyecto Serena del Mar, mediante la instalación de redes, transformación, distribución y generación verde con base en la energía solar, un proyecto que beneficiará a unas tres mil viviendas.

Tomando cifras del consultor Oscar Imitola, en Colombia 539 mil 705 viviendas no tienen el servicio de energía eléctrica, es decir, el 4.46 por ciento del total no cuentan con luz. De este grupo, 137 mil 778 viviendas se encuentran ubicadas en la Costa Caribe, así: Atlántico, 3.197; Bolívar, 20.275; Cesar, 10.609; Córdoba, 34.182; La Guajira, 35.972; Magdalena, 29.546 y Sucre, 3.996. Es increíble que esto pase en pleno Siglo XXI. Se trata de zonas abandonadas por el Estado, a las que se podría atender con energías limpias. Las posibilidades están dadas.