Después de un pagón sin precedents, Brasil debió importar anteayer energía desde la Argentina, situación de emergencia que no ocurría desde noviembre de 2010. De acuerdo con informes preliminares del Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) brasileño, el país importó un promedio de 165 megavatios a lo largo del día para atender la demanda en los horarios de mayor utilización de electricidad, desde las 10 hasta las 17, y llegó a alcanzar los 998 megavatios a las 14.48.
La energía fue destinada exclusivamente al área sudeste/centro-oeste de Brasil, que registra el mayor consumo, aumentado estos días por las altas temperaturas que golpean la región desde el inicio del año y que ha llevado a la gente a usar mucho más los equipos de aire acondicionado.
La energía argentina ingresó en Brasil a través de las líneas de interconexión en la estación Garabi, en el municipio de Garruchos, Rio Grande do Sul, limítrofe con la frontera entre las provincias argentinas de Corrientes y Misiones, del otro lado del río Uruguay.
Según el ONS, este flujo energético no se paga a nuestro país en virtud de un acuerdo firmado en 2006 entre la Argentina y Brasil, que permite importaciones por corto plazo en casos de emergencia. Esa energía es devuelta luego en otro momento.
“El intercambio de energía en los dos sentidos ha sido adoptado en diversos momentos a lo largo de la vigencia del acuerdo”, señaló el ONS en un comunicado que despertó temores sobre la situación energética real en Brasil.