Los bonos verdes están cambiando las expectativas de los inversionistas y facilitando las inversiones sostenibles

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ENERGIA LIMPIA XXI

Esta semana les compartimos el amplio reporte del Banco Mundial sobre las energías limpias y sostenibilidad. Energía Limpia XXI considera que esta experiencia deja grandes lecciones que pudieran ser retomadas por otros países Lationamericanos.

Los bonos verdes son usados para proyectos no dañinos para el clima y el medio ambiente como ampliar el transporte urbano limpio en Colombia.

Los bonos verdes están movilizando miles de millones de dólares al año para proyectos de desarrollo que necesitan los países y las ciudades y que se llevan a cabo de manera favorable para el clima y el medio ambiente.

En el año 2014, este nuevo mercado marcó un récord, con nuevas emisiones por más de US$35 000 millones, más del triple que el año anterior.

Para 2015 están surgiendo varias tendencias, que incluyen nuevos tipos de emisores, índices, y cambio de

Hace un año, en el Foro Económico Mundial en Davos, el presidente del Banco Mundial, Jim Kim, alentó a los inversionistas a mirar de cerca los bonos verdes, una forma relativamente nueva aunque en aumento de invertir de manera sostenible y responsable: los bonos verdes actúan como otros bonos, pero pueden ayudar a llenar las brechas de financiamiento para el desarrollo que tanto se necesita para proyectos no dañinos para el clima.

 

El año anterior se habían emitido bonos verdes por unos US$11 000 millones. El presidente Kim llamó a que se duplicara esa cifra cuando se realizara en septiembre de 2014 la Cumbre sobre el Clima convocada por el secretario general de las Naciones Unidas. Con la emisión de los primeros bonos de nuevos emisores, la creación de nuevos índices de bonos verdes, y las inversiones de más compradores, el año cerró con la emisión de nuevos bonos verdes por más de US$35 000 millones.

 

Ahora que el Foro Económico Mundial regresa a Davos, se prevé en gran medida que las inversiones en bonos verdes continuarán con un fuerte crecimiento en 2015.

 

En el Grupo del Banco Mundial vemos surgir varias tendencias.

 

Las expectativas de los inversionistas están cambiando

 

El crecimiento del mercado de bonos verdes está ayudando a cambiar la manera de invertir el dinero y lo que esperan los inversionistas que logre su dinero.

 

Desde el comienzo del mercado en 2007, la mayoría de los bonos verdes fueron emitidos por bancos de desarrollo, como el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (IFC) y usados para proyectos no dañinos para el clima y el medio ambiente, como ampliar la energía solar en zonas rurales de Perú y las fuentes de energía renovable a gran escala en México, aumentar la eficiencia del riego en Túnez, y ampliar el transporte urbano limpio en Colombia, entre otras tareas.

 

Los inversionistas se sienten atraídos tanto por las inversiones líquidas de renta fija que ofrecen los bonos verdes como por el impacto positivo que pueden tener.

 

Muchos inversionistas institucionales como los fondos de pensiones tienen ahora mandatos para inversiones sostenibles y responsables, y están desarrollando estrategias que explícitamente abordan riesgos climáticos y oportunidades en diferentes clases de activos. Los bonos verdes pueden proporcionar la verificación y medición de impacto que los inversionistas necesitan. En el caso de los bonos verdes del Banco Mundial y la IFC, también aportan calificaciones de crédito AAA/Aaa.

 

“La degradación ambiental, la pobreza y los efectos del cambio climático amenazan el bienestar y la estabilidad de los países, las comunidades, los recursos y las empresas. Los inversionistas reconocen cada vez más las amenazas que estas fuerzas crean para el valor financiero a largo plazo y las están teniendo en cuenta cada vez más en sus opciones de inversión”, dijo Laura Tlaiye, asesora de Sostenibilidad del Banco Mundial, uno de los primeros y mayores emisores de bonos verdes con más de US$7000 millones emitidos en 18 monedas.

 

Los bonos verdes también brindan a los inversionistas más pequeños una manera de votar con su dinero. El estado de Massachusetts, por ejemplo, recibió más de 1000 pedidos de inversionistas por un bono verde que emitió el año pasado. La mayoría de ellos eran inversionistas individuales interesados en apoyar la inversión de su gobierno local en el medio ambiente.

 

“El hecho de que haya inversionistas buscando este tipo de inversiones y pidiendo métricas detalladas sobre el desempeño ambiental cambia los incentivos. Llegamos a inversionistas a los que no llegaríamos de otra forma, diversificamos y ampliamos la base de inversionistas y las fuentes de financiamiento”, dijo Heike Reichelt, jefa de Relaciones con los Inversionistas y Nuevos Productos del Banco Mundial.

 

 

 

 

Ampliar las bases de emisores e inversionistas

 

A medida que creció el mercado, el número de bonos verdes también creció y llegaron nuevos tipos de emisores.

 

Las ciudades y organismos estatales que han usado bonos en el pasado para recaudar fondos para proyectos de infraestructura, comenzaron a emitir bonos verdes para ayudar a apoyar y destacar proyectos no dañinos para el medio ambiente y el clima, como las mejoras en la eficiencia y el transporte público. Johannesburgo, en Sudáfrica, emitió el primer bono verde municipal de África el año pasado para ayudar a financiar proyectos de reducción de emisiones que incluyen la energía de biogás, la energía solar, y el transporte sostenible.

 

Las corporaciones y empresas de servicios públicos también han comenzado a emitir bonos verdes para apoyar proyectos no dañinos para el medio ambiente. La empresa de servicios públicos francesa GDF Suez realizó la mayor emisión de bonos verdes hasta la fecha, por un monto de 2500 millones de euros, para financiar proyectos de energía renovable, como los parques eólicos y el trabajo sobre eficiencia energética, como la medición inteligente y las redes integradas de calefacción urbana.

 

Para los emisores, el sello verde puede ayudar a llegar a nuevos inversionistas. A medida que el mercado de bonos verdes crezca, se dará prioridad a los proyectos ecológicos sobre los demás, y los emisores con sólidas credenciales de sostenibilidad serán recompensados con una base más amplia de inversionistas.

 

También están llegando nuevos tipos de bonos verdes y los bonos se están ampliando a nuevas monedas. El Banco Mundial cerró su primer bono verde para inversionistas minoristas a comienzos de enero, recaudando US$91 millones para proyectos inocuos para el clima con los bonos verdes vinculados a un índice accionario sostenible. IFC, que ha emitido hasta el momento bonos verdes por un monto de US$3700 millones, emitió sus primeros bonos verdes en renminbi y soles peruanos el año pasado.

 

Transparencia e índices

 

Los inversionistas le dirán que la clave del éxito de un mercado de bonos verdes es la transparencia.

 

El Banco Mundial estableció un nivel alto cuando lanzó el primer bono verde en colaboración con el banco sueco SEB en 2007. Otros han seguido y adaptado el modelo. El modelo comienza con la definición de los criterios de elegibilidad de los proyectos financiados con bonos verdes y la verificación de los criterios por una organización experta, como CICERO. El Banco Mundial estableció un proceso para seleccionar proyectos que cumplan los criterios, luego estableció una cuenta separada para proteger los ingresos para que puedan ser asignados a proyectos elegibles. Por último, se informa sobre el impacto de los proyectos en el clima y el medio ambiente y se garantiza el cumplimiento.

 

Esa estructura y enfoque en la transparencia y la divulgación fue la base para el desarrollo de los principios voluntarios sobre los bonos verdes, avalados por más de 70 inversionistas, bancos, otros emisores y otros participantes en el mercado y ahora coordinados por la Asociación Internacional de Mercado de Capitales.

 

Para ayudar a los inversionistas a evaluar los bonos verdes, MSCI/Barclays y otros también han lanzado índices de bonos verdes que califican a los emisores y analizan sus criterios de selección de proyectos y gestión de procedimientos para garantizar el uso prometido, y la presentación de informes en curso.

 

El impacto sobre el financiamiento del desarrollo

 

Las finanzas públicas por sí solas nunca serán suficientes para controlar el cambio climático: es necesaria la inversión privada en proyectos climáticamente inteligentes para poner las economías en una senda de crecimiento más limpio. La construcción de un mercado de bonos verdes que puedan movilizar el financiamiento del sector privado ayuda a educar al sector privado acerca de las inversiones para el desarrollo y cataliza la movilización de fondos del sector privado.

 

“Creemos que la inversión sostenible se convertirá en la forma estándar de gestionar una cartera de renta fija, transformando la manera de gestionar las empresas y los proyectos que apoyan”, dijo Reichelt. “La próxima generación de gestores de cartera se preguntará cómo las ganancias a corto plazo pudieron eclipsar el crecimiento sostenible durante tanto tiempo”.

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